A veces, la vida se complica más de lo que uno jamás imaginó.
Eso les pasó a María y Andrés, un matrimonio de Crevillente con tres hijos —dos en el instituto y una en la Universidad de Alicante—, luchadores incansables, de esos que nunca se rinden.
Andrés trabaja por horas y María tiene un contrato parcial de limpieza. Entre los dos apenas llegaban a 1.200 € al mes. Pero no era solo el alquiler, la comida o la luz: era también el autobús universitario, los libros, las fotocopias, el material escolar. Y cuando no llegaban… lo que hicieron muchos: pedir un crédito. Y luego otro. Y otro.
“Lo devolveremos pronto”, pensaban.
Pero el pronto nunca llegó.
Cada vez que cobraban, no les quedaban ni 100 € en la cartera. Vivían el mes entero contando monedas, sin apenas respirar, acumulando cartas, llamadas, amenazas… Y lo peor no era la deuda. Lo peor era la vergüenza, el miedo a que se enterara la familia, los vecinos, los amigos.
Y sobre todo, el pensamiento que más les dolía:
“¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Y si esto marca a nuestros hijos para siempre?”
Hasta que un día, agotados, con el alma rota y sin poder más, llegaron a nuestra oficina de SomosRobinjud Crevillent. Al principio, con desconfianza:
“¿Y si es otro engaño?”
“Esto no puede ser legal…”
“¿Y si se entera mi hermana?”
“Seguro que a mí no me lo conceden…”
“¡No quiero pedir más créditos, pero no veo otra salida!”
Y ahí es donde les hablamos de la Ley de Segunda Oportunidad.
De que no era un castigo, sino un nuevo comienzo.
De que eliminar las deudas no es una trampa, sino un derecho cuando ya no puedes más.
Tras varios meses de trabajo, conseguimos lo que parecía imposible:
👉 Cancelamos más de 42.000 € de deuda.
👉 Dejaron de recibir llamadas de bancos y financieras.
👉 Ya no tienen que escoger entre pagar o comer.
👉 Y por primera vez en años, han podido dormir tranquilos.
Hoy, María y Andrés han empezado de cero. Viven con lo justo, pero con dignidad.
Su hija, que casi deja la universidad por falta de dinero, ha vuelto a clase.
Y ellos, cuando miran a sus hijos, ya no sienten culpa. Sienten orgullo.
Porque pedir ayuda no es rendirse.
Es tomar las riendas y atreverse a creer que sí hay salida.
📍 Si tú también estás atrapado entre préstamos, llamadas y angustia…
En SomosRobinjud Crevillent, estamos para ayudarte.
💬 Escríbenos.
👂 Te escuchamos sin juzgarte.
💡 Y te mostramos el camino que a muchos ya les ha devuelto la vida.